La poesía del siglo XX
Introducción
La poesía del siglo XX discurre en torno a dos líneas poéticas principales: la poesía-expresión y la poesía-comunicación. La primera de ellas es propia de los escritores que optan por el especial cuidado de las formas literarias aspirando al logro de la belleza formal o de la perfecta adecuación del lenguaje a la idea que desean expresar. Los poetas de la expresión entienden que el poema tiene valor en sí mismo y que no depende del reflejo de ideas de carácter intimista, social o de cualquier otro tipo.
La poesía comunicación da prioridad a las ideas expresadas, de modo que en sus obras la forma parece subordinad al contenido. El poeta quiere establecer contacto con el lector para comunicar su pensamiento de manera accesible y cumplir con una función social o existencial. Es frecuente que algunos escritores opten por ambas líneas poéticas para adecuar sus textos a la intención perseguida en cada momento.
Las líneas poéticas aludidas cristalizan en un amplísimo abanico de escuelas líricas que se pueden agrupar en cuatro grandes tendencias.
En la primera mitad del siglo, con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, pueden apreciarse dos tendencias: la de los poetas e cambio de siglo que, de una u otra manera, se mueven por el empuje del Simbolismo del siglo XIX, así como por el tratamiento de la angustia existencial. Tras ellos, los nacidos en los últimos años del siglo XIX son los responsables de las vanguardias que suponen una ruptura con al tradición literaria durante los años veinte.
A raíz del clima prebélico de los años treinta, y con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la poesía occidental abandona la experimentación vanguardista, para dar paso a una nueva forma de entender la creación lírica, dominada ahora por el lenguaje conversacional, por la referencia a la realidad circundante y por la expresión de contenidos relacionados con la intimidad, los cotidiano y lo social. Junto a la anterior, el deseo de ruptura formal con la tradición resurge a medida que avanza la segunda mitad del siglo XX, de modo que el neovanguardismo o la experimentación lírica llega con fuerza hasta nuestros días.
1. Poesía anterior a la Segunda Guerra Mundial.
1.1. Los poetas del cambio de siglo
Un grupo de poetas nacidos en el último tercio del siglo XIX protagoniza el salto de la lírica simbolista (Baudelaire, Mallarmé, Verlaine) hacia la forma de entender la poesía en el siglo XX en la que se valora la creación artística en sí misma con independencia de los contenidos comunicados.
Paul Valery (1871-1945) inicia su producción poética siguiendo los planteamientos simbolistas, pero a causa de un desamor en 1892 abandona la poesía para aprender a dominar la sensibilidad mediante a inteligencia y voluntad. En 1912 volverá a escribir crean el libro La joven parca y Charmes en los que reflexiona acerca de la creación artística. Para él, la literatura no es una herramienta útil para el análisis de la intimidad del ser humano, porque considera imposible que el hombre llegue a conocerse a sí mismo. Su poesía no tratará cuestiones relacionadas con la angustia existencial. El lector será el encargado de otorgar sentido al poema mediante una lectura abierta.
El poema nace de una idea, pero no tiene por qué ser de un concepto, puede tratarse de un ritmo o de una forma. En el poema El cementerio marino parte de su obsesión por el verso endecasílabo para describir el cementerio de la ciudad de Sete desde un punto de vista objetivo evitando en todo momento caer en tema sentimentales como la reflexión sobre la muerte.
W. B. Yeats (1865-1939) Su obra poética se centra en el símbolo entendido como un elemento nuclear del poeta que encierra la clave para su interpretación. Los símbolos provienen de referencias mitológicas y culturales que crean un poema complejo que exige una atenta lectura. Su obra se centra en el desconcierto del hombre moderno, perplejo ante un mundo caótico, fragmentado y sin sentido en el que la creación artística se convierte en una herramienta para encontrar el camino de la verdad y la resolución de los eternos misterios humanos.
La lírica de Yeats se articula en tres etapas. En la primera (1889-1907) predomina la acumulación de símbolo e imágenes de origen irlandés. Entre 1907 y 1914 compone unos libros (En los siete bosques, El casco verde) más sencillas, sobre experiencias cotidianas como el amor o el sentir del paso del tiempo. La última etapa destaca por lo visionario y el ocultismo que plantea en su obra La Torre, que gira en torno a la figura del artista simbolizado en la torre que vigila lo que sucede a su alrededor.
Rainer Maria Rilke publica un gran número de obras entre ellas del género lírico, aunque también escribe novela y textos ensayísticos como Carta a un joven poeta en la que expone su pensamiento literario y existencial. Sus composiciones líricas pueden dividirse en cuatro etapas:
La primera época desde 1894 hasta 1897 está caracterizada por un estilo neorromántico en el que aborda temas como la melancolía y el sentimiento íntimo, normalmente causado por motivos amorosos.
A partir de 1899 hasta 1905 compone El libro de las horas cuyo tema central es la exposición de un pensamiento religioso, que no coincide con las ideas espirituales convencionales, puesto que aparece un dios que no es el creador del mundo, ya que si existencia nace de la necesidad de justificar la vida.
A su tercera etapa desarrollada entre 1906 y 1912 corresponden los libros Nuevas poesías y Libro de las imágenes que se basa en la observación minuciosa de objetos, situaciones y seres, para olvidar el sufrimiento existencial y amoroso y convertir al arte en una tabla de salvación que permite al escritor olvidar su yo íntimo para centrarse en la realidad extrema objetiva.
En 1912 se inicia su última etapa con Las Elegías de Duino en las que la preocupación del poeta se dirige a cuestiones de índole metafísica con un claro predominio de la reflexión sobre la condición humana.
Konstantino Kavafis es un poeta que representa a la perfección el ideal del helenismo, pues siempre se sintió hijo de la cultura griega. Lo más característico es la proyección de su personalidad solitaria y angustiada en los poemas, hecho que contrasta con la tendencia dominante en otros poetas de sus tiempo más preocupados por la ocultación del caos espiritual del fin de siglo con una capa de investigación formal y esteticista. El escritor muestra en sus poemas la angustia de quien se siente solo y marginado por una sociedad que no comprende y cuya visión no comparte. El choque entre el yo y los demás se debe a diferentes razones, pero entre ellas destaca la orientación del autor hacia la búsqueda de la belleza y el placer amoroso. Otros poemas se central en la antigüedad clásica que recupera con la intención de proyectar sus dramas íntimos sobre personajes de la mitología, la literatura o la historia grecorromana, que suelen ser personajes derrotados, tal como él, debido a una sociedad que desprecia a quien es diferente y asume las consecuencias de su decisión.
1.2. La poesía de las vanguardias
La generación nacida en los últimos años del siglo XIX es la protagonista de la explosión innovadora que sacude las letras europeas entre la Primera Guerra Mundial y la década de los treinta, dando lugar a las vanguardias históricas.
El término vanguardias surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo oponía frente al llamado arte decimonónico o académico.
Sus características principales son:
- Internacionalismo, los poetas vanguardistas se consideran ciudadanos del mundo y se preocupan por cuestiones universales, más que políticas.
- Antitradicionalismo desprecian toda tradición literaria. Rechazan toda ilusión de realidad mediante la deformación de los objetos. No se trata de imitar la realidad, sino de violar los preceptos que la sustentan. Es un arte deshumanizado desprovisto de sentimientos que a veces solo pretende crear un juego formal. Está dirigido a un público minoritario que debe participar en el proceso para entender la obra de arte.
- Fiel a su época refleja el espíritu de su tiempo: las máquinas, el progreso, la técnica y otros aspectos negativos de la sociedad moderna.
- La libertad absoluta del artista es llevada hasta el extremo de romper con la lógica o inventar nuevos idiomas carentes de sentido.
- El arte de vanguardia se basa en tres herramientas: el humor, que es útil para desmitificar el acto creativo, la metáfora que une imágenes carentes de relación, y la espontaneidad y la inmediatez frente al trabajo minucioso.
- Los vanguardismos históricos dentro de los cuales se desarrolla la poesía son:
- El Cubismo con G. Apollinaire que en 1918 publica Caligramas, que trata sobre la guerra observada con dolor y horror en unos poemas llamado caligramas, que integran las artes plásticas y la literatura, es decir, que la disposición tipográfica del poema recuerda a los temas de los que habla, por ejemplo Paloma asesinada en un surtidor.
- El Futurismo fundado por F. T. Marinetti que realiza un canto a la modernidad, el progreso, la velocidad, el deporte y las máquinas. En lo formal, se caracteriza por una destrucción de la sintaxis y la puntuación, con el objetivo de dar primacía a la imaginación sin ningún tipo de ataduras.El Dadaísmo, cuyo impulsor T. Tzara trata de destruir el arte existente y comenzar desde los cimientos a través de la libertad absoluta del artista creador. Para ello, pretende utilizar el absurdo para burlarse de todo lo aceptado socialmente, incluido el arte.El Surrealismo que nace en 1924 con la publicación del Manifiesto Surrealista firmado por A. Bretón en el que se pretende promover la liberación total del ser humano. Esto se apoya en las teorías de Freud según las que el choque del deseo de placer con las normas morales provoca la represión de los instintos y la frustración y sobre todo contra la opresión ejercida por la sociedad burguesa. Este movimiento rehumaniza la experimentación vanguardista introduciendo conflictos existenciales, religiosos y sociales. Se caracteriza por la utilización dela escritura automática (cadenas de palabras que viene a la cabeza), la reseña de sueños o utilización del elemento onírico, la liberación del lenguaje en la que se utilizan metáforas que no presentan vinculaciones evidentes y juegos literarios que pretenden romper con las ataduras creativas convencionales.Por otra parte existen otras vanguardias que se desarrollan paralelamente en Reino Unido y Norteamérica. Así sucede con los norteamericanos Pound y Eliot que se asientan en Europa y funcionan como modelos de la vanguardia inglesa o el británico Auden, que se traslada a EEUU. Los rasgos unificadores de su obra son:
- La poesía de esos autores no llega a la ruptura de las convenciones literarias de las vanguardias, por lo que respetan la disposición formal tradicional y la coherencia temática.
- Los poemas se basan en la acumulación de imágenes y símbolos que tienen un significado global.
- Las obras se oscurecen debido a las referencias culturales del mundo clásico, las mitologías bíblicas y anglosajonas y las de origen asiático, como por ejemplo el haiku.
- Ezra Pound es el fundador del Imaginismo, movimiento que inicia la vanguardia anglosajona y que se caracteriza por el predominio de la imagen, por la economía lingüística que persigue la referencia precisa mediante el uso del lenguaje cotidiano y la búsqueda de la musicalidad del verso sin someterse a la regularidad métrica tradicional. Destaca su obra Cantos que está organizada en tres partes que recuerdan a la Divina Comedia en ella se sumerge en el universo de gente dominada por sus emociones, que se eleva por encima de sus sentimientos y que ha recibido la visión divina.
T.S. Eliot se define por el hermetismo conseguido mediante la eliminación de elementos clave, lo que dificulta la comprensión del poema. Así como por al reducción al mínimo de la voz del poema y la utilización de materiales temáticos muy eruditos. Con La tierra baldía (1922) pretende explicar la vida moderna mediante el uso de mitos y formas del pasado. Cuatro Cuartetos (1936-1942) se centra en la búsqueda de las raíces de su tradición religiosa familiar y el tratamiento de los pilares que sustentan la civilización cristiana occidental.W.H. Auden se inicia dentro de la vanguardia para seguir la tendencia hermética, erudita e imaginista que domina las letras inglesas de la época. Pero el contenido de su obra le aparta de las grandes tendencias del momento, ya que para él la creación literaria es una actividad ética, según la cual el poema debe responder a la verdad, no expresando en ningún momento ideas o sentimientos ajenos al autor.- La poesía posterior a la Segunda Guerra Mundial
- La poesía conversacional, la poesía realista y la poesía neovanguardista.
Durante la década de los treinta numerosos poetas y movimientos líricos reaccionan contra los excesos de las vanguardias como es le caso de la poesía social o de la lírica intimista de la Generación Beat. Son autores que no renuncian a la comunicación con el lector, optando por un lenguaje coloquial y unas formas accesibles a todos. En su contenido estas propuestas comparten la preocupación por los conflictos contemporáneos, especialmente los derivados de la guerra, la sociedad capitalista o los procesos de descolonización.Durante este periodo se politiza buena parte de la literatura occidental, empujada por la crisis económica y la radicalización de posturas políticas que conducen al mundo hacia la guerra. B. Brecht expone la situación de la lucha de clases sociales, en al que toma partido por los desfavorecidos. En Italia el Neorrealismo durante la década de los cuarenta y los cincuenta da testimonio de la situación que vive la nación tras la Segunda Guerra Mundial con autores como Pasolini y Pavese. A partir de la década de los sesenta la poesía social disminuye, pero aumenta en el Tercer Mundo, sometido a dictaduras y conflictos bélicos que critican autores como N. Guillén o E. Cardenal.En Europa y Norteamérica la poesía de los sesenta se carga de individualidad como reacción contra la lírica social y colectiva que había dominado las décadas anteriores. A partir de este momento, muchos poetas se centran en sus sentimientos íntimos, ante la rabia de una existencia vacía en la que los actos del hombre no sirven para dinamitar las estructuras de poder.Esta forma de entender la lírica tiene su antecedente en Dylan Thomas, cuya obra gira en torno a la oposición entre la realidad y el deseo, entre el mundo que habita en el que no encuentra sentido a la existencia y el ansia de encontrar algo que justifique la vida. De este autor nacen dos líneas poéticas: la primera se caracteriza por el análisis de la realidad cotidiana como hace Sylvia Plath o por la construcción de una realidad poética que observa el hecho experiencial con ironía y utilización de la intertextualidad y los motivos eruditos como es el caso de Gil de Biedma y Ángel González, y la segunda destaca por la lucha del yo del autor con la realidad que le rodea que manifiesta su rebeldía frente a la realidad capitalista como es el caso de la Generación Beat con autores como Ginsberg o Kerouac.Desde la década de los setenta es notable el incremento de propuestas experimentales que, como hemos visto coinciden en el tiempo con otras maneras de entender la creación poética más apegadas a la sociedad y a la angustia existencial del individuo.En la experimentación vanguardista del último tercio del siglo XX se observan dos tendencias principales: por un lado el culturalismo, que orienta los poemas hacia la erudición y el hermetismo, que toman sus motivos de la cultura oficial (mitos clásicos, personajes históricos) o de la cultura de masas (rock, jazz, cine) entre los que destacan el grupo norteamericano denominado Poetas de la Imagen Profunda o los Novísimos españoles, y por otro, la poesía visual en el que la imagen tiene especial importancia y en la que la informática ha posibilitado su evolución mediante la ciberpoesía, de la que son un ejemplo los poemas móviles, que se desplazan por la pantalla para formar palabras o figuras.
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